El sábado 15/02 pude ver la última obra de «La Troppa», que tanto había estado esperando. La función estuvo buena, al recibir los aplausos se nota en el rostro de Juan Carlos Zagal, que es muy autocrítico, y al verlo se puede saber si una función lo dejó o no contento. A veces para el público puede resultar espectacular, pero no así para los actores o la dirección. Zagal estaba conforme.
Me gustó la obra, fue de menos a más. En ocasiones, viendo la historia, pero no sabiendo para donde va, y luego al final reuniendo todo, que todo tiene sentido. Muy bien logrado el montaje, por ahí un error en el texto, algunas zonas donde el audio de la música impidio escuchar con mayor claridad algunos textos (de Zagal principalmente), algunos ruidos que indicaban que algunos objetos cayeron tras bambalinas, pero era la tercera función y a las obras de teatro hay que darles rodaje.
La Troppa siempre ha mejorado sus trabajos anteriores, siempre ha logrado sorprender, mostrar su madurez, que no se duermen en los laureles. No ha sido la excepcion, el montaje esta muy bien logrado, la musica que compone Zagal para las obras siempre me ha gustado, y junto con la temática de la obra ha ido evolucionando hacia el adulto. La iluminación llega a ser un actor más. Pasaron la barrera de «Gemelos», «Viaje al centro de la Tierra», «Lobo», «Pinoccio».
Sólo queda esperar Agosto, cuando esten de vuelta en Chile, para ver la evolución de la obra, para ver cuanto lograrán avanzar y sacar mayor provecho a todos los recursos actorales que disponen.
Por otra parte, en la cola me encontré con dos ex-compañeros de universidad, Marisol y Cristián. Siguen siendo los mismos, tanto físicamente como en personalidad. De ellos tengo una foto que Cristián me envío cuando fueron a Isla de Pascua hace unos años.