Construyendo recuerdos

En la tarde visitamos el restaurant del Estadio Español, uno de los lugares que hemos visto con Tatiana para realizar la fiesta de matrimonio (para cuando nos casemos por la iglesia). El lugar se ve bastante agradable y es apto para el bajo número de invitados que esperamos tener. Además, es donde hemos recibido la mejor atención. Por la ubicación, tendremos que ubicar otra iglesia donde realizar la ceremonia, y así evitar cruzar todo Concepción para llegar de un lugar a otro... aunque sería bonito por el recorrido (¿se nota que me gusta Concepción?).

Quizás sea muy geek, pero los precios siempre termino comparándolos con el valor que tiene algún equipo computacional, fotográfico o electrónico. Así por ejemplo, con el costo del matrimonio sobraría dinero como para comprar una cámara fotográfico Nikon D10 o una Canon EOS-1D, con un buen par de lentes (ultrasonic); o un tabletPC, o montar un completo laboratorio fotográfico y uno básico de edición de video, o un sistema de cine con pantalla de plasma, o un mini estudio de audio (con sintetizador Korg Tritón incluido), en fin... un geek podría entenderme.

La diferencia radica en que el último caso, uno queda con un objeto tangible que puede ser empleado durante mucho tiempo, es decir, un activo. En el caso de un evento en torno al matrimonio, lo que uno hace es construir recuerdos; y como seres humanos, vivimos de los recuerdos, los cuales nos pueden hacer la vida mas llevadera o atormentada. Quizás esto me ha hecho cambiar mis pensamientos respecto a este acto, que hace uno o dos años atrás lo consideraba efímero. Y si en estos momentos está dentro de nuestro alcance poder hacerlo, ¿por qué no?