Darío Rapisardi es un argentino que por algunos años vivió en España. Darío era uno de los 3 mosqueteros que trabajaba en la parte técnica de Linex (construir y mantener la distribución propialmente tal).
Tuve la oportunidad de conocerlo en la segunda versión de la GUADEC-ES en la hermosa ciudad de A Coruña en mayo del año 2005. Y ha sido una de las pocas veces que he conocido a un argentino y no le he reconocido la nacionalidad. No tenía el acento fuertemente marcado (o lograba ocultarlo muy bien).
Días atrás, buscando información sobre Squeak, me encontré con un video de la primera GUADEC-ES, realizada por Diego Gómez. Un sitio lleva al otro. Y me encontré de casualidad con la versión GNU/Human Unstable de Rapisardi: su weblog.
Darío es un buen exponente de lo que yo llamaría la nueva narrativa electrónica. Y me apropio del género de narrativa electrónica, aunque yo no tenga la más mínima idea de narrativa. Lo hago porque suena bonito. Y lo digo con la misma soltura y autoridad con que mucha gente, sin tener mayor idea (y sólo para estar a la moda), habla de todo en 2.0 y hasta intentan acuñar Web 2.5 y Web 3.0, como si eso los llevara a un nivel intelectual superior.
Aunque yo no creo estar meando muy lejos del tiesto como los de la Web 2.5.
Cualquiera, como yo, hoy en día puede escribir lo que se le ocurra en Internet. Pero eso no es garantía que el resultado será atractivo de leer. Una cosa es el dato técnico y otra es el estilo narrativo.
Pero Darío es capaz de armar toda una historia, que a veces pareciera instruirse especialmente en los libros, en donde da rienda suelta a una gran introducción para un tema que para el común de los mortales nos podría parecer nimio. Y lo que escribe, es entretenido de leer y las conclusiones, algunas veces, sorprenden.
Algunas joyas: Una gran introducción histórica para referirse a la calidad del método predictivo de los celulares que constrasta con la emotiva narración del hincha de corazón al ver salir campeón por primera vez a su equipo (Lanús).
Aunque no siempre se le encuentra con su máxima lucidez. Por ejemplo, en la nota sobre el corte de gas del edificio, parte muy bien, pero termina de prisa; como si lo hubieran apurado.
Y si hay una historia que sobresale al resto, se trata de «La toalla argentina que seca», en donde el amor propio del argentino está en juego.
No pareciera que escriba muy a menudo, pero vale la pena seguirle la pista. El cómo cuenta sus historias hace que cualquier tema sea atractivo.
Respecto al video. En el minuto 34 encontré lo que buscaba. Y fue una demostración que vi en manos de José Díaz el 2005.