Si alguna vez se asoma algunos minutos antes de las 12:30 en cualquier reloj de entrada/salida de la universidad y ve reunidas a un grupo de personas alrededor de dicho instrumento, sepa que no se trata de una reunión de amistad o de fraternidad, ni que estén poniéndose de acuerdo en realizar alguna actividad deportiva; de hecho, ni siquiera conversan, sólo miran el reloj. No se mueven, sólo miran el reloj. Vuelven a la vida cuando el reloj marca las 12:30 indicando que ha terminado la primera «jornada de trabajo».