Las últimas semanas han sido bastante demandantes en tiempo, particularmente los últimos días. No he escrito mucho en los últimos meses tampoco, aunque han sucedido varios hechos dignos de ser comentados; y como me ha dicho anteriormente Pablo Estefó: escribo por temporadas.
El fin de semana pasado, nos trasladamos de un departamento a una casa ubicada a unas dos cuadras de donde vivíamos. Así, mis cambios de morada me han ido acercando cada vez más a la posibilidad de un anegamiento. Como decía Cool Mc Cool: «Yo amo el peligro» ;-)
Hasta el día viernes en la noche estaba preocupado de otros asuntos; y el camión (con sus peonetas) que tenía pensado contratar estaba en pana; por lo que ese día procedimos a arrendar una camioneta y realizar todo el traslado por nuestras manos, más la ayuda de familiares y amigos. Lo más pesado fue bajar cinco pisos un librero (realmente pesado) por las escaleras, dado que era muy grande para el ascensor y no se podía desarmar. Nos reímos harto, pero también quedamos en calidad de bulto.
Nos acostamos tarde y levantamos temprano; y el cambio de hora nos mermó una hora de sueño. El domingo amanecimos con dolores musculares, trabajamos durante la mañana, movimos lo que faltaba, dejamos el departamento limpio y ordenado; y en la tarde nos relajámos. Yo me dediqué a jugar Winning Eleven 8 en el PS2. Sirvió para despejar la mente, y continuar ordenando el día lunes (aprovechando el feriado).
Toda la semana ha sido trabajar, llegar temprano a la casa, acostarse tarde ordenando, desembalando. Necesito varios documentos que están embalados, así que mientras antes terminemos, antes los encuentro :-) Pero la experiencia me indica, que pasarán uno o dos meses antes que la casa cambie de aspecto de «recién mudados».
Ayer entregamos el departamento y por primera vez ví al dueño; una persona super amable y simpática; quién quedó bastante contento con nosotros y el estado del departamento. Es más, el comenzó a mudarse hoy para allá. Me ofreció ayuda. Todo muy bien, porque es más que una simple relación comercial.
Se termina mi momento de relajo. Me voy a casa a seguir trabajando.