La tipografía Comis Sans fue creada en 1995 para los diálogos de tiras cómicas (tal como su nombre induce a pensar). Sin embargo, hoy en día es posible encontrarlo en todo tipo de documentos. Tiene un «no se qué» que a la gente le gusta.
En la Universidad donde trabajo, he visto mensajes internos, no así decretos -toco madera-, que requieren un grado de formalidad utilizando esta tipografía que es informal. En varias oficinas gubernamentales también es posible encontrar mensajes y documentos que la utilizan, por ejemplo, en Conicyt (Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología). Para muestra un botón:
¿Serán que estos documentos se convirtieron en un chiste?
En la comunicación impresa, la tipografía es una voz que tiene cualidades para comunicar mucho más allá de la sintáxis. Es el equivalente al tono de la voz cuando se transmite un mensaje oral. Y aunque pareciera ser exagerada tal aseveración, basta ver el siguiente ejemplo:
Ambos se encuentran con una tipografía de tamaño 40 picas, el de la izquierda utilizando Comic Sans MS Bold mientras que el de la derecha utilizando Bitstream Vera Sans Bold. Al leer el de la izquierda uno piensa «ah...si, ya... si, peligro; que lindo... ¿en qué estaba?», mientras que el de la derecha induce a prestar atención. Luego, cuando se desea transmitir un mensaje, es importante elegir la tipografía adecuada que la situación amerite.
Hay un sitio que es una parodia a esta tipografía y se llama «Ban Comic Sans». Así que mientras puedas, evita esta tipografía.