Cuando se intenta aprender a hablar a partir de un loro, se corre el riesgo de hablar mal. El artículo de Michael Osinski en el New York Magazine titulado «Mi proyecto Manhattan», explica la historia de un programador que escribió el programa para convertir las hipotecas en bonos, que mal utilizado se le concede el origen de la última crisis económica.
Dada la popularidad del artículo, en La Nación Domingo del 24 de abril se escribe una columna al respecto, titulada «Confesión y redención», la cual es una traducción de la misma noticia comentada por un periodista en el diario Le Monde. En el extracto en francés, ya se aprecia que hay errores. Y como tal, la traducción al castellano resulta no solo desastrosa, sino que pasa a constituir una noticia muy diferente y en algunos pasajes, hasta carece de sentido.
Partiendo por la referencia a la revista equivocada: «relata en la revista de "The New York Times"», dicha revista es «The New York Times Magazine», suplemento que aparece los días domingos junto con el diario. Sin embargo, y como ya indiqué, el artículo fue publicado en el «New York Magazine», que es una revista del estilo «Caras», pero más general y mejor lograda.
Ni siquiera una verificación de las fuentes, ni por curiosidad.
Magistral es la deducción sobre un «matemático de carrera», porque no se dice directa ni indirectamente, sino que tampoco es esencial. Lo más cercano, es que su jefe había sido profesor de matemáticas. Quizás, de una forma rebuscada se podría llegar.
Años atrás leí y encontre cierta la paradoja que dice: «mientras más cerca de la noticia estoy, me doy cuenta cuan tergivesadas escriben las historias los periodistas. Pero mientras más lejos estoy de ella, más tiendo a creerles». Por eso es importante, mantener un espíritu crítico mínimo respecto de las noticias que pretenden «informarnos» los periodistas, que en palabras de una muy buena amiga periodista: «son un mar de conocimiento de menos de 1 cm. de profundidad».
Hay que leer ambas.