En el plano personal, los dos primeros días no fueron de los mejores. Principalmente porque sentí que no eramos tratados como personas. Dos veces rechazaron mi entrada a una charla. La primera plausible, dado que no tenía mi credencial, pero había gente de la organización que me ubicada, pero no se manifestaron. Volví a buscar mi credencial y pude pasar.
La segunda fue desagradable, porque se me prohibió entrar aduciendo que la sala estaba llena, pero …
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