Retomando las notas del viaje a Canadá, procedo a continuar con una de las preguntas más frecuentes que he recibido y que tienen que ver con el costo de vida, así que intentaré contarlo en varios trozos, siempre desde mi perspectiva.
Antes que nada, hay que recordar que me mudé a la ciudad de Victoria, capital de la provincia de British Columbia y que se encuentra ubicada en la Isla de Vancouver (no confundir con la ciudad Vancouver). Algunas cosas pueden variar dependiendo de la provincia y/o ciudad.
Comparación básica de costos
Las primeras semanas fueron de asentamiento, y en esto tiene un papel importante el costo de vida. Aunque uno intenta prepararse mentalmente de un costo de vida más caro, no deja de ser sorprendente durante los primeros días o semanas.
A menudo la recomendación es no preocuparse demasiado en comparar precios con el país de donde uno proviene y aceptar los precios como son. Sin embargo, es útil para hacerse una idea inicial para saber que esperar al momento de llegar. Por otro lado, el mayor problema no es aceptar que sea más caro, sino desconocer si el precio de un producto es caro, justo o barato respecto al promedio del lugar (en este caso Victoria). Por ejemplo, al ver los precios en vitrina de un restaurante, a mí no me decía nada un precio de 20 dólares por un plato, hasta que un amigo canadiense también lo vio y se sorprendió por lo caro. Un precio razonable se encuentra alrededor de $10 dólares.
La primera medida de comparación que suelo usar para determinar si un lugar es caro o no, es comparar el precio de la Coca-Cola. No se trata de un producto importado. La comparación no es exacta, dado que en los envases no son iguales en todos lados, pero uno se puede hacer una idea. Acá una botella de 591ml puede costar $2 dólares en máquina expendedora, pero $1.58 en un supermercado (por menos de $2 dólares en Chile se compra una botella de 2,5 ó 3 litros). Y una caja de 24 latas de bebida, se puede encontrar entre $5 y $9, dependiendo de la fecha.
Mercado en el barrio chino (CC by Tatiana Gutiérrez)
Otra cosa a considerar es que hoy en día el precio del dólar canadiense (Cnd$) está casi a la par que el dólar estadounidense (US$). Es más, si uno quiere cambiar US$1,000 en dólares Canadiense, es probable que uno obtenga Cnd$955, lo cual suena hasta rídiculo porque el Cnd$ es ligeramente más barato y uno esperaría obtener casi el mismo valor nominal. Bueno, así ocurre en algunas casas de cambio, especialmente en los aeropuertos o lugares turísticos. Hay que vivir con ello. Para efectos prácticos, basta considerar el valor de US$1 (~$500 pesos chilenos durante agosto y septiembre de 2010) y ya se tiene una idea.
La moneda
Algo que cuesta acostumbrarse en un principio, como en todo lugar, es a reconocer las monedas. Pero en Canadá hay otras particularidades. A saber:
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Las monedas son $2, $1, 25¢ (¢ = centavos), 10¢, 5¢ y 1¢. Existe la de 50¢, pero rara vez es usada (es más, no conozco esa moneda :-)
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No hay proporción lineal entre tamaño y valor. La moneda de 5¢ es más grande que la de 10¢. Y la de 10¢ es del mismo tamaño que la moneda de 1¢, pero tienen color distinto.
Luego, hay que acostumbrarse a contar distinto. En Chile no tenemos centavos, y las monedas van en incrementos predecibles: $1, $5, $10, $50, $100 y $500 pesos. Mientras que los billetes son de $1.000, $2.000, $5.000, $10.000 y $20.000.
Al principio uno termina llenándose de "dinero molido" o "calderillo", porque uno paga con monedas o billetes grandes en vez de intentar cancelar el precio exacto. Pero el hombre es animal de costumbre.
Otro asunto, que tiene que ver con el idioma y su cultura, es que para números menores a 10.000 los tratan de "cientos". Por ejemplo, para 2.500 dicen "veinticinco cientos" (twenty-five hundreds) y no "dos mil quinientos". No podría generalizar, pero me ha tocado ver que al decir "dos mil quinientos" miran extrañados y se nota que tienen que procesar lo que uno ha dicho (tal como cuando yo escucho los números en cientos).
Más detalles en la próxima nota (vivienda, alimentación, muebles, etc.) :-)